La nariz es fundamental en la estética facial. Dado que es un punto central en la cara, tiene un peso importante en el equilibrio y balance de los demás rasgos faciales, que se valoran en conjunto, en función a su proporción con la propia nariz.
Una mejora en la forma y las proporciones de la zona nasal conduce a un fuerte realzamiento del atractivo de la persona y, por lo tanto, en la sensación de seguridad, la autoestima y la calidad de vida en general.
En todo caso, es importante tener en cuenta que la rinomodelación sin cirugía no modifica la base ósea, siendo esto exclusivo de la rinoplastia tradicional.
Significa, por tanto, que las correcciones se hacen con finalidades estrictamente estéticas; no obstante, aunque leves, todavía se consideran significativas.
Además de los ya mencionados, los beneficios más importantes son:
- Mejorar operaciones quirúrgicas anteriores, como rinoplastia, que hayan resultado insatisfactorias en cuanto al aspecto.
- Perfilar el rostro y conseguir rectificar la nariz hasta alcanzar los ángulos deseados, donde el caballete y la punta nasal son los principales objetivos de modificación.
- Restablecer el volumen en zonas carentes, y reducir donde sea el caso contrario.
- Ajustar la simetría y el equilibrio entre los distintos elementos del rostro.
- Ayudar a reparar daños y lesiones menores donde se prescinda de las operaciones tradicionales.